I Ascenso del Club de Atletismo Rocafort Running-Trekking al Pico de Penyagolosa con una altura de
Madrugón del cuarenta a las 04:30 horas de la mañana, de un Sábado 4 de Junio con algún despistado que se le pegaron las sábanas, largo viaje y despiste en la llegada a Villahermosa donde tomamos un café en una escondida Plaza, con una ascensión preciosa con el sol bien alto, de caminos empedrados , valles , colinas, montañas y la naturaleza viva que nos acompaña en cada mirada , andando por el interior de la madre selva, tan abrupta y venerada, piedras, charcos, pozas y una preciosa cascada de agua del Río Carbo que rompe el silencio y nos invitan a almorzar sentados completando el agua, ese agua fría que queda en las pozas acumuladas e invitan a bañarse, refrescarse y mojarte la cara , ese agua gélida y helada que solo del ruido te hace cerrar los ojos y relajarte unos minutos sin pensar en nada, fotografías que captan esos paisajes tan bellos donde se junta el reflejo del agua, la niebla, las nubes, el sol que quiere cruzar sus rayos por entre las ramas de los árboles y reflejarse en el río por donde corren sus aguas, que a su roce por las orillas deja un ruido ensordecedor que nos reclama y nos llevará a la cumbre de la cima del pico de Penyagolosa que a lo lejos se divisa porque las nubes negras están cada vez más bajas.
A los pies del Santuario de Sant Joan se inicia el verdadero ascenso de tan larga caminata, musgo que recubre piedras y árboles caídos, canto de pájaros, olor de la montaña a tomillo, romero, madre selva y caña, una dura ascensión con muchas rampas y raíces de los árboles que se destapan, nuestras piernas se resienten pero siempre un amigo que te da un trago de agua, barritas energéticas y aquarius de naranja, ya se divisa la cima y la llegada con la bandera del Club de Atletismo Rocafort Running en la mano ondeando bien alta, y en la cumbre del Pico de Penyagolosa la vista es espectacular para fotografiarla, pero las gotas de agua hicieron aparición y nuestras vidas peligraban, había que bajar rápido porque la vuelta a Villa Hermosa fue larga, lluvia, charcos, frío y un retorno lloviendo en el interior de la montaña que recordaremos los nueve montañeros porque Rocafort nos espera, con una ducha caliente y la satisfacción personal de haber pasado un día inolvidable en las montañas, solo fue un entrenamiento para la próxima subida al Pico del Aneto, con Jorge y Raquel que son dos montañeros carismáticos, simpáticos y agradables que volverán a hacer de guías en la abrupta, venerada y ansiada madre naturaleza, porque donde muere el asfalto nace la primera piedra de las montañas. Un abrazo muy fuerte a tod@s.
El Club de Atletismo Rocafort Running-Trekking en recuerdo de su I Ascensión al Pico de Penyagolosa de
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